Empezar una temporada el 5 de febrero no es nada bueno (aunque algún año si que se ha empezado tarde y luego resultó que la cosa mejoró). No adelantemos acontecimientos. En estas que me planto un martes a recoger el FF y aquí empiezan los problemas.
Resulta que mi nombre no estaba en la lista (FF comprado en diciembre, como todos los años (aunque lo mismo este es el ultimo)). Me dicen que si he traído una copia del resguardo, que va a ser que no … porque todo eso ya se mando por correo (ordinario, no os vayáis a pensar). Así que … me dicen que sin resguardo no hay ff.
Aunque estamos en 2019, parece que hay gente que aun sigue viviendo en el siglo IX. El tío (que fue muy amable, aunque algo cerrado de mente) se ofrece a llamar al ayuntamiento para preguntar, cosa que hace … y como era de esperar la «persona» que se encarga de eso no estaba.
Le digo … vale, si te enseño el resguardo del ingreso, ¿Te vale? … y me dice … pues si, pero no lo tienes … Y yo … si que lo tengo, saco el móvil y entro en la aplicación del banco, busco la transferencia y ahí esta … ¿Te vale? … no, necesito que me la mandes … sin problema, hago una captura y se la mando por correo.
Ya la tiene … pero me dice que no puede hacerme el FF hasta por la tarde … y me pregunta si iba a subir (yo vestido, con la tabla, las botas etc) … pues si, era la idea.
Entonces me da una invitación y me dice que me pase en un par de horas (ya casi eran las 3, así que poco se podía hacer (ademas que tampoco había demasiada nieve).
Y allí me planto … subiendo la media de la edad en 20 años y compartiendo la alfombra con los críos de la escuela y un matrimonio jubilado portugués.
Un par de horas de alfombra y esperar al arrastre leeeeeeento te hacen ser un avispado, que los críos van a un lado, pues tu al otro.
Por fin, consigo recoger mi ff y me vuelvo para casa.
La cosa no tenia muy buena pinta … nada de nieve desde la mitad hacia abajo, y lo que hay es de lo poco que ponen los cañones.
